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Everest día a día

IÑAKI RUIZ, FERNANDO RUBIO, ALBERTO POSADA Y KOLDO ORBEGOZO INTEGRAN EL PRIMER EQUIPO DE CUMBRE PARA IR A LA CIMA
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3 Octubre. EVEREST Campo Base

El día 7 de octubre se prevé concluir el primer intento.

El día D se acerca. La Expedición Bizkaia Medio Ambiente Everest 97 ya ha establecido los dos equipos de alpinistas que intentarán la cumbre y el plan de acción para llevar al máximo de personas hacia la cumbre del Everest.

La transmisión de radio se convertía anteayer en herramienta fundamental. El shirdar Ang Tshering desde el campo II, Bañales desde el base, entablaban una larga conversación táctica. "El campo IV instalado para el día 3 y avituallado en tres días más. Posible intento a la cumbre el día 7 para cuatro personas", informaba Lhakpa. A partir de ahí la decisión estaba tomada. El momento de ir hacia la cumbre había llegado.

En la madrugada de hoy, día 4 de octubre, han partido desde el campo base Alberto Posada, Fernando rubio, Iñaki Ruiz y Koldo Orbegozo para ascender sucesivamente hasta el campamento IV, en el collado sur. La ascensión hasta ese punto les llevará tres días y será en la madrugada del día 7, si las condiciones meteorológicas no lo impiden, cuando iniciarán el intento a la cima.

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Un alpinista se acerca a los seracs del Lhotse,
camino del campo III. (Foto Alberto Posada)

Un segundo grupo formado por Fernando Rubio, Javier Mugarra, Juanrra Madariaga y Guillermo Bañales recorrerán el mismo camino dos días después para intentar coronar la cima el día 9 de octubre.

La jornada de ayer fue de especial ansiedad en el campo base cuando, una vez que el shirdar de la expedición confirmó que todo podría estar listo para el día 7 de octubre, llegó el momento de decidir cómo se formarían los grupos para intentar la cima. El planteamiento inicial debía contemplar tener más de una oportunidad de intentar la montaña. Además, las dos tiendas del collado sur y la necesidad de aprovisionar aquel campo para el suficiente número de personas aconsejaba repartir en dos el número de siete alpinistas.

Atrasado también el ascenso a cumbre de la expedición francesa, que no intentará cima hasta el día 9 de octubre, quedaba por decidir si se subía con ellos o se iba hacia arriba con independencia.

Fue un debate largo que se prolongó en la noche. Si en el primer grupo iban los alpinistas más fuertes el segundo quedaría mermado de posibilidades. Si se hacía a la inversa, tampoco era de esperar buen resultado.

Había de tenerse en cuenta que el primer grupo irá hacia la arista sur sin cuerdas fijas, sin más recursos que los propios y sin ayuda de ningún porteador. Deberán abrir el paso en el escalón Hillary, el punto más difícil en el camino a la cima, y su único apoyo estará en el campo II, a 6.300 metros. Bañales, Posada y Ruiz eran para todo el grupo los que mejor forma física demostraban a lo largo de la expedición y por tanto los candidatos para la baza más fuerte. Bañales pasó al segundo intento por propia voluntad y Orbegozo se integraba en el primer grupo con Rubio.

El azar no era buen consejero para dividir siete entre dos. Fueron decisión, ideas claras ante la montaña, forma física y amistades quienes al final decidieron cómo se formaban los equipos. En el primero van Fernando Rubio, Alberto Posada, Iñaki Ruiz y Koldo Orbegozo. Los otros tres alpinistas vizcainos: Javier Mugarra, Guillermo Bañales y Juanrra Madariaga irán hacia la cumbre el día 9, compartiendo camino con cinco alpinistas de la expedición francesa.

Los dos intentos deberán concluir a ser posible antes del día 10 de octubre, fecha en que habitualmente los vientos del invierno comienzan a aproximarse al Everest. La salida de las tiendas del collado sur se deberá realizar a medianoche. El recorrido hasta la cumbre se completa en un horario cercano a las 11 horas. Si el descenso se efectúa con buen paso en torno a las tres de la tarde se debería llegar a las tiendas del collado y en este caso habría tiempo para descender todavía hasta el campo III. En caso contrario los alpinistas deberían pernoctar todavía otra noche en el collado sur para descender en la jornada siguiente.

Para que toda esta táctica funcione es preciso que una vez alcanzado el campo III la meteorología sea pacífica durante dos días, tres mucho mejor, para descender con comodidad. En el campo base recibimos a través de la secretaría de "Al filo de lo imposible" la predicción efectuada desde Londres para dos días en la región del Everest, lo que ayudará a afianzar los pasos hacia la cima.

Los nervios y la ansiedad están a flor de piel en el campo base vizcaino. El camino hacia el Everest templará sin duda los ánimos en unos días.


Avances de los navarros en el Lhotse

Antonio Akerreta e Iñaki Otxoa de Olza alcanzaron ayer el campo III en la pared del Lhotse, donde encontraron sus tiendas sepultadas por la nieve. Aunque a media tarde el tiempo era inestable, nevaba y había viento intenso en sus intenciones estaba salir del campo a medianoche para intentar alcanzar la cumbre en la mañana de hoy. En la misma ruta al Lhotse avanzan delante de los navarros de Al filo de lo imposible alpinistas coreanos y japoneses. Iñaki Campión y Joxe Mari Oñate quedaron ayer en el campo II para progresar después hacia arriba siguiendo las huellas de sus compañeros.


Los alpinistas del primer intento al Everest

Foto
Los cuatro alpinistas que realizarán el primer
intento a la cima del Everest (Foto Santiago Yaniz).


Iñaki Ruiz

Este hombre espigado sufrió en los comienzos de la expedición el fuerte azote de las diarreas. Recuperado ya en el campo base, ha mantenido después una progresión muy fuerte que ha sorprendido incluso a los alpinistas franceses. Permanentemente motivado, es uno de los alpinistas de la expedición que más claras ha tenido las ideas respecto a un intento decidido de alcanzar la cumbre.


Koldo Orbegozo

Reservado durante todo el viaje, ha estado guardando su energía para el momento decisivo. Su aclimatación ha sido buena y su forma física lo es igualmente. Las ascensiones anteriores hasta los campos superiores le han demostrado que se comporta bien en altura aunque confiesa que la larga permanencia en montaña durante la expedición le ha cansado y que quiere terminar cuanto antes en la cumbre.


Alberto Posada

Para algunos de los porteadores es "Alberto sherpa". Su austeridad y hábito en montaña hacen de él un hombre duro y adaptable, con gran capacidad para afrontar las dificultades y rigores de la altura. Es probablemente uno de los hombres clave en el camino hacia la cumbre y para ello su ambición y su experiencia en grandes montañas son elementos decisivo.


Fernando Ruiz

Fortaleza y buen humor son sus dos grandes herramientas para afrontar la alta montaña que desconoce. Sus compañeros dicen que es el único de los alpinistas que ha dormido en camiseta en el campo III. Hasta ahora su comportamiento en la montaña ha sido muy satisfactorio y esto le ha permitido disfrutar notablemente de su primera experiencia en el Himalaya.


¡VAMOS A LA CAMA, QUE HAY QUE DESCANSAR!..


Kepa Lizarraga

Esa tonadilla televisiva que conocemos bien quienes rondamos, al menos, la cuarentena, nos recordaba desde niños la necesidad de un buen descanso para poder "funcionar" al día siguiente y, si en alguna actividad se pone de manifiesto lo dicho es en el deporte.

El montañismo no escapa de esa realidad, y menos cuando se trata de ascender grandes cimas, como los ochomiles.

¿Cómo es el descanso de un montañero en el Campo Base?

Normalmente se aprecian dos fases: durante los primeros días de estancia en altura (5.300 m en nuestro caso), el sueño es muy irregular, poco profundo y con frecuencia acaba en un despertar con dolores de cabeza.

Posteriormente, entre la adaptación a la altura y el cansancio, uno duerme,….casi como en casa.

Uno de los problemas fundamentales es protegerse del frío durante la noche. Para ello disponemos de la tienda de campaña, de las esterillas, que nos aislan del hielo del suelo y de las piedras que intentan clavarse en distintas zonas de nuestra anatomía, y, sobre todo, del saco de dormir.

Para analizar la contribución de esas piezas a nuestra "comodidad" en medio de un glaciar como el del Khumbu, esta noche hemos distribuido cuatro sondas de un termómetro, especialmente diseñado para nosotros por la empresa Utiles y Máquinas Industriales, en los siguientes puntos: 1º fuera de la tienda; 2º entre las dos paredes de la tienda; 3º en el interior de ésta, y 4º dentro del saco de dormir utilizado por el autor.

Un rato después de acostarse, para dar tiempo a que las temperaturas se estabilicen, en el exterior había -8,4ºC; entre las dos paredes de la tienda -7,2ºC, en su interior teníamos unos "agradables" -3,6ºC y, afortunadamente, dentro del saco reinaban unos "tropicales" y positivos 29,6ºC.

Sin embargo, el ritmo metabólico del ser humano cambia profundamente a lo largo de la noche, y tambien lo hace la temperatura ambiente, por lo que a las 6 h 15 minutos de la mañana, las cosas habían cambiado a -11,2ºC en la calle, -9,8ºC entre las poco aislantes paredes de la tienda, -8ºC en su interior (buena temperatura para vestirse por la mañana, je, je) y tan solo 25º en el saco de dormir.

La explicación de tal fenómeno se debe a dos cosas: a lo largo de la noche la temperatura desciende, sobre todo cuando el cielo está despejado, y nuestro cuerpo reduce su producción de calor, por lo que a las mañanas notamos ese fresco que nos hace, cuando estamos en casa, estirar de las mantas hacia arriba y aquí, en la base del Everest, cerrar bien el saco o levantarse a disfrutar de los colores del



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