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Everest día a día

OBJETIVO CAMPO III: 7.300 METROS
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20 septiembre. EVEREST Campo Base

El miércoles la expedición vizcaina podrá alcanzar la pared del Lhotse

Ayer, por primera vez en quince días, no fue necesario palear la nieve de las tiendas. El día amaneció radiante aunque muy frío -casi seis bajo cero- en el Everest, lo que indica una leve mejoría del tiempo . En el campo II habían pasado su primera noche en el campo II Alberto Posada, Iñaki Ruiz y Fernando Rubio. El resto de los expedicionarios descansaban mientras tanto en el base. Los tres alpinistas de altura realizaban ayer una ascensión hasta 6.800 metros. "Les hemos hecho un buen trabajo a los porteadores porque hemos abierto una buena huella; hasta 6.500 no había mucha nieve pero por encima de esta altitud había una capa profunda que hemos tenido que pisar", manifestó Alberto Posada a través de la radio desde el campo II. La que será base avanzada aún no ha sido completamente equipada, a falta de una gran tienda comedor, aunque en la jornada de hoy será avituallada por los porteadores que ya trasladaron anteriormente las cargas y el oxígeno hasta el campo I. Los alpinistas vascos han sido los primeros en afrontar las pendientes de la pared del Lhotse; mañana lo harán los franceses, únicos que en este otoño compartirán la ruta del collado sur al Everest, tras el abandono de la expedición mexicana. Sin embargo por la vertiente tibetana y la cara norte son diez las expediciones que abordan el Everest, incluida la que componen dos catalanes que pretenden descender en esquís.

El camino hacia la cima se va acortando poco a poco y lo hará notablemente una vez estén instaladas todas las tiendas del campo II y porteados hasta allí los materiales.

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La pirámide del Everest asoma al lado de la
imponente pared del Nuptse (Foto Santiago Yaniz)

Del hospital al mercadillo

Un quirófano de emergencia se instaló en la noche del jueves en nuestra tienda comedor. El alpinista coreano atendido por Kepa Lizarraga regresó cuando terminábamos nuestra cena. Su hemorragia se había reiniciado de forma severa. La evacuación era imposible por la noche. Llamamos también al doctor de la expedición francesa. Sin anestesia. Guantes de latex. Una sonda debía llegar por la nariz para ser recuperada por la garganta. A ella se ataría una gasa para tirar de nuevo de la sonda para obturar la hemorragia. El esfuerzo fue importante. Los médicos mano a mano, frontal halógena en la frente, el coreano resistiéndose, Orbegozo y dos sherpas sujetándole; al fondo de nuestra tienda comedor el shirdar y los alpinistas organizaban en voz baja la estrategia de las jornadas siguientes.

Pasó casi una hora; se consiguió la obturación y el coreano fue a descansar a la tienda-hospital de los franceses. Por la mañana una violenta tos rompió el trabajo de los médicos. Nuestro teléfono satélite, el único en el campo base, llamó a Kathmandu para pedir un helicóptero. El mal tiempo no le dejó llegar hasta las cuatro de la tarde.

Sobrevoló el glaciar de Khumbu y apoyó sus patines en una exigua plataforma. El piloto esperó con sangre fría. Con paso vacilante llegó el coreano Kim agarrando una bolsa de suero, subió con su compañero.

El rotor rugió: tap, tap, tap… El aparato se elevó un metro, dos… Bajó. Hasta cuatro veces la misma maniobra. La altitud impide sustentarse a los helicópteros y el "Dauphine" del ejército nepalí parecía no poder levantarse. Al quinto intento se elevó tres metros; suficiente. El piloto llevó el aparato valle abajo, casi en picado, rozando a un metro las banderas de las pujas y los techos de las tiendas de campaña. El coreano Kim llegó enseguida al hospital de Kathmandu. Hoy llega a Corea.

Al campo base del Everest llegan también los héroes, pero no todos son alpinistas. Después de despegar el helicóptero los mejicanos hicieron llamada general en el campo base. Se abría el mercadillo. Ante su retirada decidían vender todo su material, a mitad de precio. Entre oración y oración los mejicanos anunciaban su producto: "el mejor material, precio barato, buena oportunidad". Su oferta no tuvo mucho éxito.


El correo de Jose María Gorordo

Así nos ha llegado, directamente desde Bilbao vía internet, el mensaje del alcalde de la Villa:

    Con vuestro inigualable espíritu aventurero, con la astucia y la técnica de los mejores montañeros que sois, con el corage y genio propios de ilustres bilbaínos, y con la conciencia de que representáis a la más importante ciudad europea, ánimo.ˇˇLa cima del Everest ya es vuestra y váis a escribir en ella la más bella página de la historia del montañismo de esta tierra!!.

    Estamos con vosotros, minuto a minuto, en esa gran escalada... de gran felicidad. Enhorabuena.

    AURRERA, MUTILAK ETA SORTE ON IZAN!.

LECTURAS BAJO LA LONA

La estancia en el base invita a la holganza. El horario solar de 6 a 18 horas, la altitud que hace pesado cada movimiento y el entorno inhóspito invitan muy poco a la actividad. Lavar la ropa, asearse y organizar las cosas personales son las tareas habituales de las jornadas de descanso de los alpinistas en el base.

En la tienda comedor se oye música, desde Oskorri hasta Silvio Rodriguez, incluyendo también a Pink Floid, Sabina o Supertramp, visto que la clásica se quedó en el camino.

Las banquetas plegables de playa permiten muy poco confort para descansar el trasero y menos los lumbares. Sólo queda el calor del saco de plumas o un rato de asueto al sol para robarle unmomento al día en la intimidad. La lectura ocupa esos tiempos muertos cuando no lo hace la conversación o una partida de cartas. Es lectura diversa que tenía el propósito de rotar de tienda en tienda aunque aún lo hace escasamente.

Foto
Koldo Orbegozo lee en el campo base bajo las nieves
de la cascada de hielo (Foto Santiago Yaniz.)

"El aire de un crimen", "El Halcón Maltés" y "Nuestra especie" han llegado hasta aquí en la mochila de Iñaki Ruiz y alguno ya ha pasado a la tienda de Mariano Molinero que terminó ya "Por la Rioja alavesa a pie". Fernando Ruiz se ha atrevido con un libro gordo: "Los siete pilares de la sabiduría", aúnque no tanto como los tres que Koldo Orbegozo se ha prometido leer: "Noticia de un secuestro", "La rosa de Alejandría" y un clásico universal como "La Biblia". Juanrra Madariaga es el único que ha optado por la poesía con los títulos "Paisaje con grano de arena" y "Nosotras que nos queremos tanto". Guillermo Bañales se inclinó por la novela, con "El Ojo del huracán" y "El Amante de Ladi Chatterley. Javier Mugarra ha acercado hasta el campo base "literatura vertical"; títulos como "Historia de una princesa rusa", "La cinta de Escher" o "Memorias de una esclava", algunos que ya han pasado por las tiendas de los vecinos navarros del Lhotse. Alberto Posada lee "La sonrisa Etrusca" y un trabajo especializado, "Vuelo Libre". También cosas de su ciencia se ha traído el doctor Kepa Lizarraga, como "Medicina para montañeros" y algún otro manual técnico. El que suscribe, siguiendo su costumbre, ha cargado con el gran libro del "Everest", una buena base de documentación para situarse en ambiente y por el camino ha conseguido "Sherpa of Khumbu" y "Sherpa, prospections of changes in Himalayan Nepal", para aprender algo más del entorno.

Las letras acompañan siempre, y mucho más a 5.300 metros bajo la lona de la tienda.



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